jueves, 12 de septiembre de 2024

AL ARTE POR EL ARTE. PEPA MURIEL

Desde mi experiencia como profesional de artes escénicas para la infancia y la juventud y gestora cultural en estos ámbitos, creo que ha habido y sigue habiendo un largo camino de reivindicación de la especificidad de las artes escénicas para la infancia. Desde la Asociación Te Veo, de la que formé parte y presidí varios años, se redactó el primer y único Protocolo sobre las condiciones de exhibición en las artes escénicas para la infancia y la juventud, unas recomendaciones que desde la asociación invitábamos a suscribir a los teatros y gestores con un compromiso de llevarlo a cabo en sus espacios. Recomendaciones como: 
  1. Limitación de aforos. 
  2. Difusión de las edades recomendadas. 
  3. Garantizar adecuadas condiciones de recepción, acomodación y percepción de espectadores.
  4.  Impulsar la formación del espectador.
  5.   Incrementar los recursos dirigidos a la exhibición y programaciones estables Ampliación oferta teatral a todas las edades.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          
  • En el enlace, abajo, podéis consultar el protocolo íntegro. Algunas de estas recomendaciones que se redactaron, ahora están normalizadas, hace 15/20 años eran “extrañas”, y que solo los programadores más sensibilizados con el tema tenían en cuenta. Otras recomendaciones han ido en claro retroceso como los recursos que se destinan desde las administraciones.
  • Otro hito importante fue la creación en 2009 del Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud por el Ministerio de Cultura. Han sido pasos que ponen en valor un sector profesional que defiende la calidad y la innovación en las artes escénicas y que se toma muy en serio a la infancia y la juventud y que tiene que hacer frente a mucha competencia desleal e intrusismo profesional: Todos hemos escuchado eso de “es una obrita infantil, para niños…” “cualquiera la puede hacer” “el mal llamado teatro pedagógico, de efemérides, en inglés”, la confusión entre animación cultural y las artes escénicas, cuánto daño ha hecho y sigue haciendo estos planteamientos a un público “cautivo” que asiste a las obras de teatro que sus prescriptores (padres, madres y profesores deciden).
  •  Actualmente hay propuestas escénicas excelentes, profesionales que trabajan con mucha sensibilidad y respeto para niños y jóvenes. Que se asocian profesionalmente para conseguir ser escuchados por administraciones, gestores y programadores. Para desterrar de una vez por ejemplo las limitaciones del caché del “teatro infantil” y equiparlo al “teatro adulto”. En Andalucía tenemos la Asociación TIJA, Asociación de Profesionales de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud de Andalucía, de la que formo parte. 

  •  Los programadores deben saber de qué estamos hablando cuando hablamos de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. (Afortunadamente, en esto hemos ganado muchos profesionales para la causa). Si conocen el lenguaje de la danza, el flamenco, el circo, también deben conocer las artes escénicas para la infancia y la juventud. Aprender a valorar todo el trabajo que hay detrás de las propuestas. Entender que un cache de “teatro para la infancia” puede ser igual o mayor que un cache de “teatro de adulto”, no menor por el simple hecho de ser para niños. Siempre que estemos hablando, claro está de calidad. 

  • Estoy de acuerdo con muchas opiniones (cada vez son mas frecuentes) de la necesidad a veces compulsiva de llevar a nuestros hijos a todo, esa sobreexposición a tantas cosas. Yo llegó un momento en mi vida, que borré a mis hijos de todas las actividades “extraescolares” que hacían, gimnasia, danza, música, tenis: nada. Decidí que se quedaban en casa jugando, con los amigos en sus casas o en el parque, el campo, que se aburrieran un rato. Y sentí una gran liberación de esa culpa que te impregna los sesos: tener que llevar a tus hijos a prober todo, desde el famoso Baby Einstein hasta tocar un instrumento…. Ellos, mis hijos tenían permiso para hacer teatros en el comedor, conciertos, traer amiguitos a casa, construir en una caja de frigorífico que se llevó dos semanas en medio de la casa sus universos particulares, y así, aunque para mí era más trabajo, los vi disfrutar luego cuando realmente asistían a espectáculos que deseaban ver.

  •  Es importante que los niños y niñas vayan al teatro a ver cosas que quieran ver, asistir a espectáculos que respondan a sus gustos estéticos, a preguntas profundas sobre la vida, la muerte, el amor, el abandono, la guerra, la amistad, que rían, que se emocionen etc. Como dice la gran dramaturga Suzanne Lebeau, no hay temas tabús si sabemos tratarlos para ellos. 

  •  Solo hay teatro bueno o teatro malo. 

  •  Y los responsables políticos y gestores deben cultivar una ética y una estética rigurosa y ofrecer a las familias espacios para el disfrute y también para la creación.

  •  Como profesional de las artes escénicas intento con mis propuestas hacer un trabajo a medias con el espectador, una complicidad que cree lazos invisibles y experiencias significativas que al fin y al cabo es lo que crea el Valor Público de la Cultura. 
  •   El Arte por el Arte y todo lo demás vendrá de forma natural.



Pepa Muriel es directora de Escenoteca, arte y educacion.

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